Este es un interesante reportaje sobre el Litoral Alentejano que he encontrado en la web ocholeguas.com:
Playas, pueblos y atardeceres
A menudo se olvida que los campos dorados del Alentejo llegan hasta el mar y se asoman al Atlántico a lo largo de casi 200 kilómetros de costa. Playas, calas y acantilados para los atardeces más salvajes de Portugal. Las playas del Alentejo son la otra cara de esta bella región rural que complementa sus recursos con la pesca, el turismo de playa y los puertos

Si uno quiere conocer la costa del Alentejo debería hacerlo desde el faro de Sines, una especie de guardián de Occidente en esa esquina que dibuja Portugal entre los cabos Espichel y San Vicente. Ahora es fácil llegar gracias a la mejora de las carreteras y las nuevas autopistas construidas en los últimos años. Algunas industrias merecen ser esquivadas en las cercanías a la costa de Sines, pero el Atlántico sigue siendo el mismo, golpeando con enorme fuerza los acantilados de la zona.

Una selección natural
Es sólo el punto de partida. Hacia el sur de Sines se suceden los largos arenales, casi infinitos y tranquilos. El aficionado a la playa tiene un paraíso. Desde la N-261, pequeños caminos bajan hacia el mar, como queriendo hacer una selección natural. Unas para surfistas, otras para familias y otras para perderse. En verano, algunas están llenas de turistas, como las playas de Morgável y Burrihno, pero el resto del año permanecen solitarias.

Pocos placeres superan el poder tomar un buen aperitivo antes de ir a cenar frente a la playa. Todavía con los pies llenos de arena, con el agridulce sabor de un primer gin tonic, un campari o una copa de vino... Con la marea baja, los perros corren por la playa y los lugareños preparan sus cañas de pesca con ritmo de ritual... Todas sus capturas tienen ya un destino en los restaurantes de la zona.

Fuente: ocholeguas.com
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